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“Estar embarazada no es una enfermedad”: el relato de Paola Muñoz

“Estar embarazada no es una enfermedad”: el relato de Paola Muñoz

Madre dos veces en su carrera, a los 20 y a los 33 años, la chilena Paola Muñoz ha seguido montando en bicicleta durante sus embarazos. La ex campeona panamericana ha cambiado sus hábitos de entrenamiento y ha transmitido a sus hijos su pasión por el ciclismo.

Dos veces atleta olímpica en Londres y Río, y titular en el Giro y el Tour de Francia femenino, la velocista ha dejado huella y ha representado a Chile en la escena internacional. Ahora vive y corre en Estados Unidos para el Miami Nights.

Paola Muñoz ha disfrutado más de su segundo embarazo que del primero, hace 17 años, cuando “no había tanta tecnología como ahora” y la maternidad en el deporte aún era un tema delicado.

La chilena llegó a pedalear hasta seis meses en bicicleta de carretera, y recuerda que “levantaba el manillar para que no le molestara”. También siguió haciendo pesas, siempre con “control”.

En cambio, pasó los tres últimos meses de su embarazo en una bicicleta eléctrica. Los reflejos en caso de caída delante de mí eran mucho más rápidos, porque la velocidad era menor”, cuenta.

“Pedaleaba mejor que andaba porque, con la barriga tan grande, no veía el suelo y me tropezaba”, añade Paola Muñoz.

Antes y después

Las actitudes han ido cambiando poco a poco en el ciclismo con la campeona del mundo “Lizzie” Deignan, que se quedó embarazada en 2018 y ganó la primera edición de la París-Roubaix Femmes tras volver a la competición. “Ha devuelto la confianza a las mujeres porque todo el mundo pensaba que estar embarazada era una enfermedad. Pero no es así: puedes seguir moviéndote y haciendo deporte, pero obviamente a mucha menor intensidad. Eso fue lo que intenté comunicar durante todo el embarazo”, recuerda.

Hemos entendido que, pase lo que pase, seguiremos pedaleando con la misma determinación y la misma fuerza”, y los ejemplos de ciclistas de baja por maternidad se han multiplicado.

Los equipos “se adaptaron y entendieron que tenían que ser parte del proceso, porque hoy en día lo más interesante para los medios de comunicación es la historia que hay detrás del rendimiento y no el resultado en bruto”, argumenta la chilena.

No hay mejor imagen para una marca que la de una ciclista que se ha tomado un descanso de la competición, y que puede seguir compitiendo después de dar a luz, a pesar del esfuerzo que supone volver a ella.

El deseo de compartir

Paola Muñoz tiene una anécdota. Tres semanas después del nacimiento de su segunda hija, Amanda, y de su cesárea, aceptó un reto: competir en la Gran Fondo femenina de 70 kilómetros de Nueva York. Le dije a mi marido que correría con el celular en el bolsillo, para que si me sentía agotada viniera a buscarme, y al final hice toda la carrera.

Paola Muñoz incluso ve ventajas en una carrera profesional tras el embarazo, “el compromiso es mayor, son tantas las responsabilidades que no tienes tiempo para pensar y no te amilanas ante la tarea”.

La maternidad también ha unido más su hogar. Su marido, Gonzalo Garrido, ya jubilado, se lleva a toda la familia. Nos apoyamos mutuamente en nuestros distintos proyectos deportivos. Mi primera hija, Javiera, era submarinista, pero se hizo ciclista durante la pandemia. Este año, es la ciclista chilena que más medallas ha ganado en los Campeonatos Panamericanos (7). En 2020-2021, ha aprendido a entrenar como yo en el gimnasio y en un home trainer, gracias a mi marido.


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